¡Es fundamental elegir la jaula de transporte adecuada!

El perro en el avión
normas de transporte aéreo

Por avión, el transporte de cualquier animal vivo está regulado de forma precisa y rigurosa según la especie de que se trate. El perro también está protegido por el Convenio Europeo de 13 de noviembre de 1987 relativo a la protección de los animales de compañía, que establece que "nadie causará dolor, sufrimiento o angustia innecesarios a un animal de compañía".

Además, el convenio europeo número 65 sobre la protección de los animales durante el transporte internacional, que entró en vigor el 13 de diciembre de 1968, luego revisado por los Estados miembros el 7 de noviembre de 1989, indica las bases a respetar durante el transporte de animales transporte para garantizar la seguridad, la salud y el bienestar del animal durante el viaje. El Capítulo IV de este convenio trata del transporte de perros y especifica que:

- no son aptas para viajar las perras preñadas que deban dar a luz durante el período de transporte, o aquellas cuyo parto tenga una antigüedad inferior a 48 horas;

- la jaula debe ser lo suficientemente espaciosa para permitir que el perro se acueste; debe ser resistente a la intemperie y ventilado; debe contener una camilla o cualquier otro medio capaz de absorber los excrementos;

- el enrutamiento debe ser lo más rápido posible, así como las correspondencias o escalas; cada perro debe ser alimentado cada 24 horas y regado cada 12 horas como mínimo.

Estas disposiciones se consideran válidas para cualquier forma de transporte de perros, independientemente de la ruta de transporte.

A nivel estrictamente aéreo, las normas internacionales para el transporte de animales vivos son elaboradas y publicadas cada año por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (I.A.T.A.: Asociación Internacional de Transporte Aéreo), y corresponden al Anexo A de la I.A.T.A. 620.

Puntos importantes para asegurar

El guía del perro que va a viajar en avión debe respetar la normativa y, en particular, velar por los siguientes puntos:

- verificar la aceptación del perro por parte de la aerolínea, confirmar el itinerario, reservar el lugar del animal y llenar un formulario llamado "declaración del transportista";

- infórmese sobre los términos del viaje y las reglas específicas de la compañía aérea solicitada;

- infórmese con el consulado o las autoridades correspondientes sobre las medidas gubernamentales, en particular medidas sanitarias, de las naciones de origen, destino y tránsito si es necesario;

- obtener los documentos nacionales requeridos, certificados veterinarios de vacunación y buena salud, así como cualquier otro certificado o excepción especial exigida por determinados países de tránsito o llegada, como permisos excepcionales de importación;

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- utilizar un contenedor debidamente etiquetado, y sobre todo conforme a la normativa I.A.T.A., que permita al animal al menos tumbarse;

- preparar adecuadamente al perro para esta expedición con el fin de evitar cualquier deshidratación o desnutrición, y minimizar el estrés que siente el perro.

Si se siguen estas reglas correctamente, la expedición no puede ser acusada de infringir la ley.

El transportista debe tener en cuenta los siguientes elementos antes de aceptar el flete canino:

- todas las características morfológicas y fisiológicas del perro (noción de mayor riesgo para ciertas razas - braquicéfalo o estados fisiológicos - gestación);

- la conformidad del contenedor utilizado, su limpieza, su seguridad tanto para el perro como para las personas preparadas para su manipulación;

- el tipo de aeronave que permite dicho transporte y el espacio requerido en la bodega o cabina;

- tiempos mínimos de espera para el perro, a la salida o a la llegada;

- la presencia de documentos requeridos correctamente completados, reserva, declaración del remitente, certificados de salud

En cuanto el transportista haya cumplido con estas distintas instrucciones y que, a pesar de todo, el perro se pierda, se enferme, se lesione o incluso fallezca de forma natural o accidental durante una de las fases del viaje, se advierte al propietario que el transportista no se hace responsable.

Preparación de viaje

I.A.T.A. indica no solo medidas globales y teóricas, como se mencionó anteriormente, sino también un conjunto de elementos más específicos y prácticos, que cada empresa debe asesorar al dueño del perro para optimizar las condiciones de transporte del animal(es).

Por lo tanto, el espacio previsto para el perro, ya sea en la cabina, en ruta o en la carga, debe ser reservado y pagado por adelantado. La diferencia entre estos tres modos de transporte aéreo es inherente al tamaño del perro, el precio del billete, la importancia cualitativa del animal y los controles veterinarios a la recepción del vuelo: los perros que viajan en cabina o en bodega son considerado como equipaje, con un coste superior pero con reserva garantizada y control veterinario a la llegada más flexible.

Durante un viaje de carga con varios perros, se autoriza la presencia de una persona que los acompañe, siempre que no contravenga las disposiciones gubernamentales o las normas de la empresa.

Finalmente, si el viaje del perro requiere varios transportistas, solo se aceptará cuando cada uno de ellos haya confirmado su capacidad para transportar al perro en la ruta prevista. Por lo tanto, el transportista inicial debe proporcionar a la(s) siguiente(s) empresa(s) la siguiente información:

- el número de Guía Aérea (L.T.A.) ingresado en la declaración de remitente de animales vivos;

- el número, peso y dimensiones de cada contenedor si se trata de más de un perro;

- los nombres de los aeropuertos de salida, escala y llegada;

- la fecha de envío;

- los nombres, dirección y número de teléfono del remitente y del destinatario si son dos personas diferentes;

- el equipo necesario para la descarga en destino;

- si es necesario, los cuidados que deben darse a los animales y las instrucciones para el suministro de agua y comida.

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Aerolíneas con restricciones IATA específicas

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Sedación y aseguramiento del perro

Il est extrêmement dangereux d'administrer des sédatifs aux chiens avant un transport aérien : les calmants diminuent leur résistance au stress, et, d'autre part, un chien sous sédatif est toujours susceptible de réagir de manière imprévisible, notamment en plein Vuelo. Por tanto, se desaconsejará totalmente la administración de tranquilizantes, salvo en casos extremos determinados por un veterinario (perro muy agresivo o perro paralizado por el miedo). Para cualquier perro tranquilizado, se adjuntará una nota detallada al envase (nombre genérico del sedante, dosis utilizada, vía y hora de administración).

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