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El futuro propietario deberá proporcionar un pequeño "llavero" que contenga los elementos imprescindibles para el perro, en primer lugar, un collar y una correa, así como dos comederos, uno para la comida y otro para el agua. Preferimos recipientes de acero inoxidable o vidrio que sean fáciles de limpiar porque algunos perros tienen alergias en la piel al plástico. Se procurará que el perro tenga siempre agua fresca a su disposición y que los bebederos estén siempre limpios.

Para el cuidado del pelaje es necesario un cepillado regular una o varias veces por semana, según el tipo de perro. Este momento es más que una simple entrevista higiénica. De hecho, permite al amo asegurarse de que su perro no tenga heridas ni parásitos y, sobre todo, construir lazos de confianza útiles para el equilibrio adecuado de la jerarquía.

La distribución de alimentos es un momento esencial del día. Ofreceremos alimentación adaptada al animal según su tamaño, edad y actividad. El número de comidas disminuye de cuatro a dos entre los 3 y los 8 meses para estabilizarse en una o dos en la edad adulta. En razas grandes son preferibles dos comidas para evitar el riesgo de torsión de estómago; evitar la competencia entre varios perros durante la comida.

Siendo el perro el dominado en la jerarquía, debe aceptar que el amo toque su cuenco sin gruñir. Esto es aún más importante si la familia incluye niños. Además, desde el principio es necesario, por ejemplo, interrumpir la comida levantando el cuenco, hacer que el cachorro se siente y volver a darle la comida. El cachorro sólo tendrá derecho a tocarlo por orden de su amo. Este aprendizaje es largo, dado el apetito feroz de estas pequeñas bestias, pero es fundamental para garantizar la jerarquía. El líder de la manada decide. Además, no se dará comida fuera de los horarios fijados. Esto, por supuesto, requiere la participación de todos.